MAMÁFRICA
MAMÁFRICA
Enero de 2006

La Fundación Contamíname para el mestizaje cultural y el Festival del Sur adoptaron, coincidiendo con la XIV edición de este encuentro teatral, la decisión de trabajar juntos en el objetivo común de propiciar el diálogo entre los pueblos convencidos de que la diversidad cultural es el mayor patrimonio de que dispone la humanidad. Como fruto de esa decisión, la Fundación Contamíname hizo su presentación oficial en Canarias en el marco del Festival del Sur-Encuentro Teatral 3 Continentes. Para la ocasión, el grupo Taller Canario, formado por Pedro Guerra, Andrés Molina y Rogelio Botanz volvió a reunirse, por primera vez desde 1992, año en el que Pedro Guerra inició su carrera en solitario. La recaudación del concierto se destinó a financiar parte de la edición de este libro, Mamá áfrica, fruto de la sinergia creada entre el Festival del Sur, la Fundación Contamíname para el mestizaje cultural y la Editorial Zoela, que se reúnen aquí desde la convicción de que la globalización de nuestro mundo no puede realizarse en detrimento de la diversidad cultural.

Cuna de la Humanidad, áfrica presenta hoy el rostro herido de un continente marcado por siglos de agresiones, cuyo papel en el nuevo orden internacional parece haber sido definitivamente relegado al de proveedor de materias primas explotadas y transformadas por el Norte. El peso de la deuda exterior, los efectos devastadores del SIDA, la tremenda inseguridad a que los estados someten a sus ciudadanos, la miseria que de todo ello se deriva llevan a miles de personas, a pesar de una tradición milenaria de apego a su tierra y a su cultura, a jugarse la vida en pateras que, en la mayoría de los casos, no llevan a ninguna parte.

España es, en los últimos años, testigo de privilegio de este proceso migratorio a gran escala y, como siempre ocurre en las sociedades más poco acomodadas, la nuestra se repliega en sí misma para proteger su bienestar, casi siempre sin ser consciente de que la riqueza del Norte se ha acumulado esquilmando al Sur, que ahora reclama, sencillamente, no seguir muriendo de hambre.

No hay soluciones fáciles; es más, probablemente no haya solución alguna que no pase por un replanteamiento radical de las relaciones económicas internacionales, pero cualquier solución ha de realizar obligadamente una revisión crítica de nuestras relaciones históricas con áfrica. Europa debe asumir su responsabilidad histórica ante los grandes males que condicionan el desarrollo de un territorio dotado de ingentes recursos naturales y un tremendo potencial humano. Es necesaria otra mirada hacia un continente que, a pesar de su proximidad geográfica a nuestro país, sigue siendo un gran desconocido: poco sabemos de su cultura milenaria y de la vitalidad de su creación literaria y artística. Es preciso escuchar, aprender y dialogar.

Mamáfrica no pretende dar, porque sería tarea imposible, una visión exhaustiva de un continente complejo, uno y múltiple a la vez. Su objetivo es ante todo contribuir a un mejor conocimiento en España del áfrica Subsahariana, aunque también está presente la cuestión del Sáhara Occidental por su especial interés para el lector español. Nuestro deseo ha sido ofrecer un acercamiento colectivo y pluridisciplinar a la realidad africana, en sus vertientes geopolíticas, económico-sociales, históricas, culturales y humanas; abrir un espacio plural, heterogéneo en su forma y contenido, en que desde el diálogo, la reflexión o la ficción, las voces de los intelectuales y escritores africanos puedan escucharse y proporcionarnos las claves para interpretar la realidad de su continente. Varios autores han contribuido a que esto haya sido posible. El Simposio “Creación y diálogo intercultural”, celebrado en Agüimes, constituyó otra aportación a Mamáfrica, donde aparecen también varias conversaciones siguiendo la línea inaugurada por la Fundación Contamíname en Ciudadan@s de Babel-Diálogos para otro mundo posible.

Dejamos este libro entre sus manos, con el deseo de que su publicación sea otro de los muchos granos de arena necesarios para restablecer la justicia en nuestras relaciones con áfrica, ese hermoso mundo que tanta belleza y sabiduría tiene para ofrecernos, a escasos kilómetros de nuestras costas.